El impacto robótico del TEI en Melipeuco

Roberto Alarcón llevaba casi toda una vida en su puesto de director en Melipeuco, y con toda esa experiencia a cuestas le pareció imposible la idea que le plantearon los alumnos, en el año 2018.

En el frondoso y alejado paisaje que rodeaba la Escuela Número Llaima, en plena Araucanía, hacer un taller de robótica era casi una fantasía. Pero fue la invitación a Santiago de The English Institute lo que cambió la cabeza de los 10 muchachos al regresar a casa después de haber conocido el taller de tecnología.

“Yo fui pesimista al principio. Qué pena, incluso pensé, por lo imposible que veía esa posibilidad. Estamos tan lejos de todo, me decía. Pero la motivación de estos alumnos fue tan grande que me movieron la tierra. Al final, con el apoyo del mismo TEI, y con otros pocos recursos lo logramos, e instalamos un taller que para cualquiera de la zona acá es algo increíble”, recuerda Alarcón.

A Melipeuco, comuna de la provincia de Cautín, el actual director había llegado a los 22 años. No había luz, no había calles y él solo tenía una moto para moverse. Allí se casó, tuvo dos hijas y se convirtió en la máxima autoridad del establecimiento que queda a 9 kilómetros del centro.

Cuando supo que había un colegio de Santiago que quería apoyar a su escuela también pensó que parecía una fantasía. Pero Miss Carola Bravo había tomado contacto con la profesora Patricia Aedo y había abierto un canal de colaboración, con donaciones primero y con una invitación después.

Así, 10 alumnos llegaron a la capital en un viaje de estudios. Conocieron hasta a un canal de televisión, en CNN, pero fue en la sala de tecnología donde quedaron deslumbrados con los robots.

“Ver a un computador dando órdenes a otro computador era una película de ficción para nuestros alumnos, pero era también el juego más entretenido al mismo tiempo. Muchos siguieron esa senda y hoy contamos con una sala especial y con un profesor que se capacitó. Este año vamos a participar en una competencia que hay en la región, porque hemos avanzado mucho. Compramos dos computadores, y aunque es un tipo de robótica bien básico, nos tiene enormemente orgullosos”, revela Alarcón.    

La relación con The English Institute ha sido permanente e intensa gracias al empuje de Miss Carolina, como cuenta Alarcón.

“Ella es muy carismática y preocupada con nuestros niños. Nos envían materiales, e incluso acá, cuando nos ven con los buzos del TEI nos preguntan qué porqué tenemos esa indumentaria”.

Alarcón, quien además es un artesano reconocido internacionalmente como fabricante de cuchillos con materiales de la zona, que importa a Estados Unidos, España o Argentina, ya se acerca a su etapa de jubilación. Lo que no deja de hacer es sorprenderse con esta relación que encontró su escuela.

“Imagínese. Esta escuela fue formada hace más de 100 años por los monjes capuchinos. Era parte de las escuelas misionales en estas zonas alejadas. El 80 % de los niños son de origen mapuche, y hemos podido mantenernos con proyectos como el que nos inspiró el TEI. Fue algo que nos impactó y nos abrió un mundo”, concluye.